LAS CINCO SOMBRERONAS

Cuento para presentar grupo de investigación.

Todas tenemos un sombrero de ala ancha, porque penamos por los caminos más lejanos espantado a personitas con los temas que nos gustan. La primer persona que espantamos fue a nuestro compañero de investigación el único hombre del selecto grupo de inspiradoras sombreronas, un mitológico personaje que tenia el poder de hacer olvidar su nombre, por tal motivo no lo recordamos, sólo sabemos que cuando le explicamos nuestro plan lumínico de apariciones ante la comunidad investigativa pidió a los altos fantasmas cancelar su misión.

Los segundos espantados han sido los colegas mitológicos de la comunidad y los perturbadores de espantos de los cuales no queremos comentar mucho, puesto que cuentan con los secretos más escondidos y las recetas perfectas para combatir y revolotear nuestros planes lumínicos, por lo anterior les compartimos un pacto de mancomunidad.

Para algunas personas conocedoras de nuestro mundo somos de las espantos mas antiguos, conocidas por andar presentadas con ruanas negras y un sombrero grandísimo a la hora de los congresos, claro que con el auge de la moda lo hemos cambiado en esta década por el sombrero vueltiao típico de las costa caribe, y símbolo patrio dice el presidente nacional de las camadas mitológicas.

Ya no andamos en mulas negras, por tanto no se consiguen, existe en la región un magnate mito que se hace llamar el “Jinete sin cabeza” y que las compra a muy buen precio, no dejando sino la opción de que nos transportemos en unos aparatos en los que no dejan subir nuestros enormes perros negros. A los pobres tenemos que dejarlos en nuestros aposentos atados a gruesas cadenas para que no hagan de las suyas…y de las nuestras. Lo único que nos acompaña después de los congresos con la comunidad investigativa es un fuerte viento helado y una fatiga de hambre que nos hace desaparecer rápidamente.

Desde 1837 cuando llegamos a Medellín salimos en la noches a recorrer las calles, lo hacemos cuatro o cinco viernes seguidos, luego descansamos y volvemos a aparecer uno o dos meses después.. Claro que ahora vamos a discotecas y a cine, en fin como la gente normal, lo único es que en semana nos dedicamos a nuestro plan lumínico (investigación) y los viernes nos presentamos como una mujer bonita a los hombres simpáticos, Pero frente a la mujer de mala vida, ya no nos presentamos como un hombre elegante, o simplemente animal, ahora le dejamos ese trabajo a los perros que pasan encerrados toda la semana.

Ahora estamos en los meses de descanso, aprovechamos la temporada de vacaciones para profundizar mejor en nuestro plan lumínico y para descansar de las calles que ultimante se han vuelto peligrosas hasta para los espantos, preferimos un plan que nos sometiera a estar encerradas y concentradas en un tema que nos hiciera penar pero no en las calles y menos de noche. Por la anterior razón después de tantos comités fantásticos decidimos investigar en las moradas de esta mazmorra, donde encontramos silencio y mucho vademécum para escudriñar, cavamos en la escuela contable a la cual incumbimos por supuesto por un designio desde hace unos años. Lo bueno del territorio es que no tropezamos con los personajes a los cuales asediamos y esto no nos entorpece las vacaciones u holganzas.

Después de terminar con este plan lumínico pensamos vender los diez perros negros cuya extinguida raza nos dará para emprender un negocio donde podamos exportar los sombreros de alón, las ruanas y mantas que hemos conseguido en todos estos años, y así el mundo el mundo se asociara con nuestro mito, el plan es lograr que nuestra generación del sombreron sobreviva y conquiste el universo. También le ofreceros al “Jinete sin cabeza” que nos compre todos los accesorios que teníamos para nuestras mulas negras, ya que se las vendimos cuando entramos en crisis debido a la apertura económica, desde entonces no hemos podido comprar otras, como les contamos antes, él las posee todas.

No se sorprendan con nuestras apariciones por ahora entérense que nos presentamos con nombres modernos, Andrea, Bibiana, Carolina, Mónica y Yamile, pero en esta comunidad de Mitodología de La Investigación, con familiaridad somos las sombreronas.