FRANÇOIS TRUFFAUT Y SUS GOLPES

Por Shirley Andrea Doria


Es difícil no hablar de este director en primera persona, en mi opinión es uno de los grandes directores que ha hecho maravillas con el cine, excelentes películas; es decir, unas historias bien contadas con poco presupuesto. Pienso que era difícil creer que un hombre como Francois nacido en París en 1932 y quién después de una niñez confusa y una desagradable experiencia en la cárcel por desertar del Ejército, prometiera en su época una fortuita carrera cinematográfica.

Para contarles de los inicios de Truffaut, no podría dejar de mencionar que sus primeros pasos fueron como crítico de cine en una prestigiosa revista Cahiers du Cinéma, más tarde fundó la productora Les Films du Carrosse y con ella su primer largometraje “Los cuatrocientos golpes” estrenado en 1959, en este el relata la embarazosa vida de un adolescente que vive con su madre egoísta y su padrastro, luego sería enviado a un reformatorio por haber escapado de su casa, el personaje era Antoine Doinel quien fuera el referente de la biografía de Truffaut e interpretado por Jean-Pierre Léaud. El largometraje he de considerarlo la ópera prima de Truffaut por los premios y aclamaciones que recibió, pero también la crítica cinéfila dice que esta obra es uno de los títulos más importantes del movimiento de cine francés conocido como la ”nouvelle vague” el cual se alejó de la cinematografía habitual en busca de nuevas técnicas narrativas más directas.

El director Truffaut junto Jean-Luc Godard, Claude Chabrol y Eric Rohmer fue como lo mencione anteriormente uno de los grandes representantes de la nouvelle vague francesa, movimiento liberado por una serie de cineastas jóvenes que al igual que él plantearon hacer cine de autor, en el que fueran ellos, aunque con presupuestos bajos, y no la industria cinematográfica, quienes tuvieran el control de las películas que realizaban. Francois y sus amigos propusieron renovar, incluso regenerar, cinematografías consideradas en declive. En el país del director fue donde el reciente movimiento tuvo mayor importancia y supuso una aportación muy decisiva para el cine francés. El término nouvelle vague (nueva ola) surgió de una encuesta periodística realizada entre la juventud francesa, y no tardó en aplicarse a los nuevos cineastas cuyas primeras películas se exhibieron en 1959 y 1960.

Las películas de Francois son una combinación bastante selecta, pero a veces acertada, de comedia, tragedia, pasión, sufrimiento suspenso y melodrama. Entre ellas destaco Disparad al pianista (1960), mezcla de comedia y misterio; Jules y Jim (1961), historia de un triángulo amoroso, una de las películas más emblemáticas de la década de 1960.

Considero que Truffaut rechaza en sus obras los arreglos generales del cine de la época, que son considerados excesivamente académicos. En cambio, defiende la naturalidad y el rodaje en exteriores, usa su talento de autodidacto y expresa en la pantalla su cultura recurriendo a veces a la improvisación y a actores naturales y desconocidos pero buenos.

Podría decir que el éxito de sus películas son debido al talento innato adquirido y expresado con películas renovadas apostando a un cine más espontáneo, con saltos de eje, mucha cámara en mano y rodajes sin iluminación especial que para la época era lo que deseaban los espectadores; un público en vías de rejuvenecimiento, que favorecía a las nuevas ideas de cineastas como él, y a su vez favorecieron la producción de numerosos largometrajes confiados a debutantes que crearon un innovado concepto estético en Francia.

Creo que Francois creía en los nuevos talentos y no era paradigmático como la mayoría de autores y directores de su época; él pensaba en cosas sencillas y a la vez increíbles, podía contar historias de los mas cotidiano y hacerlas ver como eso que era, la vida normal de un ser humano, sin tanta ficción, veía en el sufrimiento lo mismo que en la alegría y podía juntar tantos sentimientos y emociones para hacer llegar su obra a los corazones de los espectadores.

Tal vez por eso pudo apoyar talentos como Quentin Tarantino, y a pesar de ser el crítico más fuerte del Festival de Cine de Cannes por sacar a la luz las intrigas políticas y acuerdos promociónales que influían en las decisiones y que anticipaban su muerte comercial; Sobrevivió con su talento y en 1959 el mismo Truffaut fue galardonado con el premio al mejor director por Los cuatrocientos golpes.

Entre otros homenajes a su realización cinematográfica están; La noche americana (1973), la cual recibió el Oscar a la mejor película extranjera, y El último metro (1980), una cinta ambientada en el mundo del teatro durante la ocupación nazi, cosechó un gran éxito comercial. De su etapa como articulista en Cahiers du Cinéma le quedó el apodo de enfant terrible, al convertirse en uno de los estandartes más agresivos de la crítica parisina por lo cual recibió Premio al mejor director de la Asociación de Críticos de Cine de Nueva York (1959). Su libro de entrevistas con Alfred Hitchcock titulado Truffaut-Hitchcock es un clásico de la literatura cinematográfica. Finalmente François Truffaut Murió en octubre de 1984 en Neuilly-sur-Seine, Francia. .