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GLOBALIZACIÓN MEDIÁTICA

POR :
SHIRLEY ANDREA DORIA

Leyendo a Ignacio Ramonet nos deja ver como las Nuevas Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones están suscitando profundos cambios en las sociedades avanzadas y plantean dilemas estratégicos a los países en vía de desarrollo.
“La rápida difusión de la red Internet es uno de los fenómenos más destacados de la década final del siglo XX. Pero la transformación proviene de otras muchas tecnologías. En conjunto las redes telemáticas están modificando profundamente la información. Por ello cabe afirmar que las nuevas tecnologías de la información están posibilitando un profundo cambio que afecta casi todas las actividades sociales. Incluida la vida cotidiana.”[1]

A principio de los 90. William Clinton y su vicepresidente Al Gore propusieron la metáfora de Las Autopistas de la Información de la cual nos habla Ramonet en el texto “Comunicación contra Información”. La instalación de grandes infraestructuras tecnológicas para la transmisión de datos y mensajes, el cableado con fibra óptica de ciudades y territorios, la reutilización de redes ya existentes (telefónicas-eléctricas) y otras iniciativas semejantes a nivel local y regional forman parte de la construcción de esas grandes infraestructuras de la información.

Por esto como consecuencia de la revolución digital, hoy día no es extremadamente difícil establecer distinciones claras entre el mundo de los medias, el mundo de la comunicación, el mundo que podemos llamar la cultura de masas y el mundo de la publicidad. Cada día existe menos fronteras entre estos tres sectores.

Ramonet definió estos tres mundos como esferas y en cado uno ubico medios como la prensa, la televisión, la publicidad, el comics, el cine el deporte etc.

Con la unificación de estas tres culturas, están surgiendo firmas, y produciéndose a la vez gigantes fusiones (MEGAFUSIONES). Empresas que tienen vocación de gestionar todo el contenido de estas diferentes esferas.

Pienso que necesitamos reflexionar sobre lo que esto significa, los grandes amos de los medios consideran la información una mercancía. Ya no hay respeto al ciudadano.
Cuando se reflexiona en términos de la comunicación dominante o comunicación alternativa( medios pequeños y autónomos), lo que tienen de común los dos es que son comunicación y que no se comunica bien de cualquier manera. Para comunicar bien, hace falta una serie de técnicas. Poseer la verdad no es suficiente. Uno puede tener la verdad y definitivamente no encontrar respuesta, porque no se sabe comunicar esa verdad.

La era de la información global

Circuito mediático, choque mediático, fenómeno mediático total, todos estos términos utilizados para nombrar lo que en realidad anunciaba que estaba entrando la globalización de la información.
“ Lo que se produjo en el momento del accidente mortal de Diana (Lady di) fue una especie de cortocircuito mediático y el cortocircuito se produce, en el mismo momento, en todos los medias y a escala planetaria”.[2]

Pero que discurso utilizaran los medios dominantes para conmover a masas que son planetarias.
Pues bien. La característica del discurso de las grandes empresas mediáticas, es la Retórica. Un discurso que en la información, en la publicidad o en la cultura de las masas tiene retóricamente las mismas características: rápido, sencillo y en todo caso se expresa mediante emociones, plantea Ramonet.
Vemos así que en la era de la información dos parámetros ejercen una influencia determinante sobre la información: el mimetismo mediático y la hiper –emoción. Todo para evitar el factor aburrimiento.

Informar es ahora asistir los acontecimientos con rapidez, instantáneamente
( el directo que sólo puede ofrecer la televisión y la radio). Hay quienes lo llaman mundialización otros globalización, pero lo mas importante es asumir que debemos buscar nuevas formas de estar en el mundo y vernos en él.
Preguntarnos ¿ Cuál es el nuevo papel de los medias en la globalización de la información?

La respuesta no las da el director de Le Monde Diplomatique:
“ Informarse sigue siendo una actividad productiva, imposible de realizar sin esfuerzo y que exige una verdadera movilización intelectual ... una actividad tan noble en democracia como para que el ciudadano decida dedicarle una parte de su tiempo y su atención”.
[1] Javier Echeverría. Democracia y Sociedad de la Información pág 37
[2] Ignacio Ramonet. La tiranía de la comunicación. Pág. 13

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