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LA RADIO SIGUE MEJORANDO SU CALIDAD


Por: Shirley Andrea Doria

Las primeras emisiones públicas de radio tienen lugar por primera vez en el año de 1912, a raíz de la proliferación de señales de radio provenientes, en especial, del trasporte marítimo y de las estaciones terrestres de comunicación.

Cuando apareció la televisión, en 1948, se pensó que la radio iba acabarse, sin embargo esto no sucedió, sino que, por el contrario, se hizo cada vez más fuerte, pues, hasta hoy, ésta llega a un sinnúmero de personas que no pueden ver ni leer, así como otras tantas que, en sus labores cotidianas , buscan en ella compañía.

“En la industria del radio mucha gente considera la televisión como una intrusa, y de aquí que me sea necesario ejercer también con harta frecuencia el papel de mediador pero en términos generales, la televisión va ganando terreno en el problema corriente de las difusiones. El costo de producir programas para la televisión, que los cálculos actuales demuestran ser tres veces mayor que el del radio, limitará, necesariamente, su distribución o difusión, pues una antena de cuatrocientos metros de alto para televisión entra solamente un radio de unos ochenta Km, por lo que parece probable que gran parte de la población del país quedará privada de la televisión. Un centenar de transmisores colocados en sitios estratégicos puede cubrir solamente alrededor del 40% de su población. Estas consideraciones nos conducen a creer que el radio será siempre útil y que gozará de gran demanda, primero, porque tiene un alcance mucho mayor de transmisión y puede, por lo tanto, llegar hasta lugares muy remotos; segundo, porque la gente tiene inclinación natural por la música y halla agradable ir y venir por la casa y hasta conversar escuchando música. Por último, porque el radio no limita la movilidad de la persona, ya que un programa puede escucharse, mientras se viaja en automóvil, en ferrocarril o en avión.”[1]

Fue el presidente Miguel Abadía quien inauguro, en 1929, la primera radiodifusora en Colombia, llamada HJN. Unos meses más tarde nace con el nombre de La Voz de Barranquilla, la primera emisora en Barranquilla (la infraestructura necesaria para mejorar las comunicaciones había sido instalada, en el año 1923, por la empresa Marconi Gíreles Co, la cual fue, durante veinte años, la única empresa en el país que llevo a cabo esta tarea).

La primera emisora comercial en el país nace en 1931 (su nombre era HKF). A partir de ese momento nacieron muchas emisoras comerciales, a la vez se implanto la reglamentación que habría de controlarlas. Al principio, estas emisoras eran dirigidas por una sola persona, quien se encargaba de operarlas, y en general de llevar a cabo todas las tareas que exigía cada una de ellas, de tal forma que estas funcionaban intermitentemente, dependiendo de la disponibilidad de tiempo y recursos de sus dueños, lo cual hizo que las emisoras comenzaran hacer, por su cuenta, cuñas radiales, las cuales, a pesar de su falta de profesionalismo, se convirtieron en el medio preferido de las marcas para hacerse conocer.

Lo anterior dio lugar a una lucha entre la radio y la prensa, hasta el punto que esta logró que, en 1934, se emitiese un decreto que prohibía a las emisoras radiales leer las noticias publicadas por los periódicos. (“En frecuentes ocasiones los diarios escritos en el país, se quejan de que sus noticias son objetos de la piratería en las radiodifusoras. Porque son muy pocas las que no tienen establecidos boletines diarios de prensa. Y el gobierno, hasta ahora, no ha podido aplicar esta disposición sabia que permita a las radiodifusoras sostener sus boletines informativos, pero con servicios propios. Con ello ganan esas mismas empresas, y se incrementa el periodismo radial, como un ejercicio honesto, y no como el negocio de un primer aventurero o analfabeto que resuelve la subsistencia leyendo como suyos los editoriales de los periódicos y dando como propias las noticias de los mismos.”).[2]

No obstante, el auge de la radio, debido a su capacidad de inmediatez y a su agilidad, era evidente, haciendo que a los medios escritos no les quedara otra opción que la de negociar al ver el gran interés que el gobierno tenia en este nuevo medio. Este crecimiento se dio entre 1935 y 1940, años en que se importaron modelos radiales de Estados Unidos y en los que la inversión por parte de la empresa privada y del sector publico en los medios radiofónicos era cada vez mayor.

“(...) La voz de Antioquia estrenara el moderno grabador magnético sobre alambre, modelo de la General Electric que acaba de adquirir en los Estados Unidos y que constituye uno de los más sorprendentes avances de la industria radiodifusora. Se trata de un grabador portátil mediante el cual se logra una admirable fidelidad en la captación del sonido, a la vez que la mayor nitidez. (...) “[3]

En la actualidad, con el auge de los nuevos medios, la radio sigue trabajando para mejorar su calidad. Las emisoras y cadenas transmiten música, charlas radiofónicas, programas culturales, noticias y deportes. La radio sigue siendo uno de los medios masivos más importantes, pero, sobre todo, el más ágil e inmediato para conocer lo que esta sucediendo. Es un medio que llega donde otros no.


El avance en Antioquia

Indudablemente Antioquia es el lugar del País mas aficionada a la radio, y también no hay lugar a duda de que ese entusiasmo del público por la radiodifusión ya muy desarrollado como medio, se debe al estimulo de la competencia, siempre en constante movimiento de superación. Esa lucha de las Empresas radiales ha contribuido en su casi totalidad el entusiasmo de la afición que crece cada día que pasa.

“Es Medellín la ciudad del país que con mas empeño ha tomado la radiodifusión y ese empujo debe el haber conquistado el primer puesto que nadie discute. Paso a paso el público ha seguido los atrevidos ensayos hechos, el mayor mérito por la escasez de recursos técnicos y pecuniarios como también el estrecho círculo de arte en que gira la radio fusión. Sin embargo las pruebas han sido satisfactorias y así hemos podido ver transmisiones de tanta trascendencia como alguna intentada en intercambio con Riobamba (Ecuador) donde fue grabado un programa transmitido de Medellín y lanzado al aire allí, cinco minutos después de ejecutado acá. Otra vez se lanzaron las antioqueñas a las transmisiones a distancia, logrando interesantísimas transmisiones ‘La Voz de Antioquia’ y ‘Emisora Claridad’. Más tarde en una noche de verano se hizo para los periodistas un ensayo de transmisión desde un avión en vuelo, que resulto sensacional. (…)

No contentos aún los señores de la radio con los ensayos hechos hasta hoy, ahora se lanzan al más atrevido, puesto que es precisamente el sistema usado por las grandes compañías de Proadiats en los Estados Unidos. Se trata de la transmisión de los programas en cadena. Las dificultades técnicas y de organización que ofrecen esta clase de transmisiones, requieren el más cuidadoso estudio de todos los detalles y el más insignificante puede hacerlo fracasar. Capitales inmensos, verdaderas fortunas de millones de dólares, se han invertido en Estados Unidos por la organización de estas redes de transmisión y ahora Antioquia se atreve hacer su primer ensayo.”.[4]

[1] EL COLOMBIANO, Enero 4 de 1939, La Televisión como nuevo Medio de Entretenimiento
[2] EL COLOMBIANO, Junio 20 de 1949. Pág. 3.
[3] EL COLOMBIANO, Enero 12 de 1946. Pág. 4
[4] EL COLOMBIANO, Septiembre 8 de 1938. Pág. 4

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