No se puede ser pescador en “Europa"

Atolón de Andrea Doria

Coveñas, Caribe. Col

Ella  definió dos tipos de libertad: La libertad clásica y la libertad moderna; La primera aquella que filósofos como Aristóteles enfocaron en el encuentro de las cosas buenas (el bienestar), Y la segunda la libertad de poder decidir entre muchas opciones que ofrece la sociedad; el mercado, estilos de vida para saciar nuestras necesidades. En general vivimos una libertad moderna con las consecuencias de la “Tiranía de la libertad”; por ejemplo en los supermercados tenemos la opción de escoger entre miles de marcas de un producto.  Más adelante el puso como ejemplo India, en un sentido general para comparar los estilos de vida entre las personas que encuentran el bienestar porque  el destino eligió donde iba a crecer, y a partir de eso  disfrutan de una libertad desde el espíritu y el entorno con lo que la vida les dio; y aquellos que se encuentran el bienestar en la libertad de poder decidir el destino con lo que el entorno ofrece y las opciones para conseguirlo. La libertad moderna se enmarca en estar bien con el poder saciar o no las necesidades que impone el entorno.                                                                                                                                       

En otros tiempos una familia podía sustentarse con el trabajo externo de tan sólo uno de sus miembros y el trabajo interno de otro ( es cierto que el entorno ofrecía más trabajo, por no decir sólo, para el padre de familia, la madre se encargaba del cuidado de los niños y las labores de la casa). Pero sí se hoy esa misma familia quisiera vivir del mismo modo independientemente de que externamente trabaje el hombre o la mujer de casa, simplemente en gran parte del mundo no es posible. Desde entonces la libertad moderna cambia también el concepto de familia y el acompañamiento en la educación de los miembros pequeños del hogar, incluso el compartir los momentos más íntimos; que en la libertad moderna simplemente son parte del crecimiento y día a día de ese bienestar  colectivo sin importar la clase social (alegrías sencillas que llamo yo).  En este punto podría hablar de muchos cambios en el estilo de vida de la familia moderna.  Algunas personas no conocen las máquinas para lavar platos, ropa, limpiar, sembrar. Otras personas las utilizan a menudo. Lo menciono queriendo recordar que alrededor de estas actividades en la familia clásica se desarrollaba  el diálogo y otras formas de compartir. 

Hasta qué punto es cierto que cuàndo más opciones tenemos para escoger, es más difícil la decisión de quedarnos con una cosa.  En otros lugares, por ejemplo en la comida, no se tiene la opción de escoger entre el pescado que viene de América, o de África; simplemente se come el pescado que se encuentra en el lugar y es lo único que hay, pero en muchas ocasiones con la fortuna de ser un producto natural.  Entonces ¿qué es el bienestar? ¿Qué necesitamos para vivir bien? No quiero defender, ni definir una libertad u otra.  Estas palabras son el resultado de una conversación de amigos alrededor de una cena de pescado…que me ha dejado pensando.

Peregrino con ave en la cabeza, San Andrès. Col.

Si quisiéramos cambiar nuestro estilo de vida en una sociedad moderna nos encontraríamos con la sorpresa de que no se puede.  La libertad en cualquiera de sus definiciones está ligada al entorno y atrapa, para cambiar de una a otra también se debe cambiar de lugar. 

Ser campesino, pescador, artesano en “Europa” y muchas ciudades del mundo, que aunque cuenten con el entorno para practicarlo y sustentarse con este oficio, no es ni medianamente posible. El pescador  artesano que quiera vivir de ello en la actualidad no le será rentable, ni siquiera autosustentable, porque los grandes industriales no le permiten competir en el entorno.  Y para pescar un pez gordo, recoger un tomate como un “gran” “productor”  necesita la misma maquinaria, así le será posible al menos hacer un trueque de alimentos y sobrevivir.  Sin ello los productos o el pescado no tendrán el mismo valor, ni tamaño  de aquellos que se encuentran en el mercado y en este sentido hasta intercambiar  no representa igualdad en el costo/beneficio de la sociedad moderna. ¿Es la libertad un sueño? ¿Son los sueños deseos?¿Podemos escoger la libertad? ¿Podemos escoger “el mundo” en el que creceremos?¿Otro mundo es posible?.

En algunos lugares (pocos), aún se puede ser pescador y sobrevivir con ello pero allí el bienestar seguramente no está relacionado con ningún tipo de libertad definida. Son sitios en los que quizá las cosas no tienen definición y no hay opciones para escoger, porque es el sitio en sí mismo y la libertad en esencia pura.  Ojalá sigan allí sin rutas, sin mapas, sin viajes organizados. Allí sólo para los ojos que los saben mirar.  Porque aunque no los conozcamos, no los encontremos; Tenemos aún la necesidad de su fuerza, de su energía, de su espíritu.

-El mundo está cambiando. Debemos cambiar también nosotros. Iniciando no haciendo más la broma de que todo es como primero, que podemos continuar viviendo sin problemas una vida normal. Con aquello que está sucediendo en el mundo nuestra vida no puede, no debe ser normal. De esta normalidad debemos tener vergüenza. Entonces yo digo: Paremos, reflexionemos, tomemos conciencia. Hagamos cada uno alguna cosa…. Ningún otro puede hacerlo por nosotros. –

¿Somos libres? Estamos atrapados, Allá fuera no hay espacio para todos.  Esta burbuja algún día va a explotar. Y….”guerra avisada no mata soldado”. 

..A todas estas queridos navegantes…¿Sabe alguno pescar? ; )

Pd: A los pescadores de Pambelé y Kennedy (Arboletes, Col) que aún tejen las redes, van a pescar a las cuatro de la mañana, venden y cambian el pescado por azúcar, café, aceite… si tienen dinero beben cerveza ,  juegan o duermen toda la tarde en hamacas entre las palmeras enfrente del mar. (Como dijo Rino, un lujo para ellos que aún lo pueden hacer).

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-> ….Ad esempio a me piace il sud